Sa
Marina se encuentra en el sur de Ibiza, en una zona en la que el nivel
de las aguas subterráneas ha descendido considerablemente debido a la
sobreexplotación. Como consecuencia, el agua del mar ha fluido hacia
dentro y las aguas subterráneas se han salinizado. El objetivo del
proyecto piloto de "Sa Marina" es demostrar que las villas de las zonas
rurales, que tradicionalmente han consumido enormes cantidades de agua,
pueden funcionar mediante una gestión inteligente y sostenible del agua
sin necesidad de seguir explotando las aguas subterráneas. Para ello, se
han implementado sistemas que permiten el uso constante del agua de
lluvia y el tratamiento, regeneración y uso de las aguas residuales.
Se
utilizan soluciones basadas en la naturaleza (NbS por sus siglas en
inglés, Nature based Solutions), como exige el Green Deal de la UE. A
medio plazo, el proyecto piloto pretende conducir a un cambio en el
paradigma y en la legislación que promueva y exija soluciones locales y
sostenibles como "buenas prácticas" facilitando su puesta en marcha y no
su obstaculización.
No
sólo se recoge el agua de lluvia de los tejados y se almacena en una
cisterna independiente, como exige la ley, si no que, además, el agua de
escorrentía que discurre por la ladera rocosa se canaliza primero a
través de pequeños canales (líneas clave o keylines) para que favorezca
su infiltración en las terrazas de permacultura. De esta forma, se
reduce notablemente la escorrentía de las aguas superficiales,
disminuyendo la erosión y se sanean las aguas subterráneas. Cuando
llueve en Ibiza, a menudo lo hace en forma de fuertes chubascos. Una
época típica es la tercera semana de agosto. En esa época de gota fría,
cae tanta lluvia en un periodo de tiempo tan corto que no puede
filtrarse ni siquiera en este sistema optimizado, y parte escurre por la
superficie. En Sa Marina, este exceso se canaliza hacia un biotopo
creado artificialmente con vegetación autóctona de agua dulce, que
también ofrece a un gran número de especies animales el hábitat que
perdieron en Ibiza. Cuando el biotopo está colmado, el agua fluye hacia
tanques de almacenamiento subterráneos, donde está protegida del sol y
la evaporación y está disponible para el riego o el uso en el hogar.
Dado
que estos depósitos subterráneos y el biotopo han sido interpretados
hasta ahora por las autoridades como edificios que requieren aprobación y
(erróneamente) como sellado del paisaje, no pueden implantarse
legalmente, o sólo con un gran esfuerzo y procedimientos de aprobación
que pueden llegar a durar años. Dado que el planeta necesita buenas
soluciones inmediatas, decidimos construir "ilegalmente" estos depósitos
ligeramente invasivos para poder demostrar cómo funciona el concepto y
perfeccionar su aplicación.
La
policía medioambiental nos pilló enseguida y el jefe de las autoridades
exigió inmediatamente una inspección de las instalaciones. Tras una
amplia discusión y explicación del proyecto y sus beneficios, reconoció
también el dilema de que una gestión del agua óptima y con visión de
futuro se vea impedida por leyes anticuadas que no contemplan estas
soluciones. Para evitar sanciones y fomentar este fantástico proyecto,
lo declaró proyecto piloto, con la única condición de que se les
mantuviera informados de los resultados y las mejoras realizadas. Esto
incluye también el desarrollo y mejora de la biodiversidad, la fijación
de carbono, la mejora de la estructura del suelo, el aumento en la
capacidad de retención de agua, la mejora de la microbiota… más sobre
este proyecto y sus resultados en un boletín posterior.
El
8 de abril de este año, la Universidad de las Islas Baleares, UIB, y la
Alianza por el Agua organizaron una "Jornada de Información Técnica
sobre la Recuperación de Ecosistemas Acuáticos" donde se presentó el
proyecto piloto de Sa Marina. Posteriormente, los técnicos y
responsables de las autoridades de protección del medio ambiente de
varios ayuntamientos vinieron a visitar el proyecto in situ.
El
8 de abril de este año, la Universidad de las Islas Baleares, UIB, y la
Alianza por el Agua organizaron una "Jornada de Información Técnica
sobre la Recuperación de Ecosistemas Acuáticos" donde se presentó el
proyecto piloto de Sa Marina. Posteriormente, los técnicos y
responsables de las autoridades de protección del medio ambiente de
varios ayuntamientos vinieron a visitar el proyecto in situ.
Para
promover estas soluciones y una rápida adaptación de la ley, se encargó
un estudio a la Alianza por el Agua de Ibiza y Formentera, que se basa
en establecer una metodología de cálculo para conocer el agua que se
puede captar en suelo rústico y qué tecnologías son empleables. Además,
se quiere mostrar que
- las
técnicas de captación de agua en suelo rústico no son solo una posible
solución, si no una técnica histórica en Ibiza y el futuro hacia el que
tenemos que mirar.
Antiguamente
en la isla de Ibiza y a lo largo de todo el mediterráneo, en las zonas
con acceso al agua limitado, se construían estos depósitos o “aljubs”
aislados, que ofrecen una fuente alternativa de agua.
- que
no se trata de "zonas selladas" en el sentido de la ley, ya que se
evita la erosión y se favorece la infiltración, sirviendo así para
remediar las aguas subterráneas
Actualmente,
estos depósitos son considerados como zonas “impermeabilizadas”,
paradójicamente, por el uso de materiales impermeables para retener el
agua en el depósito. Como se ha comentado, esta técnica no es actual,
históricamente se ha realizado y echando un vistazo al paisaje ibicenco
encontramos innumerables aljubs aislados. Desde un punto de vista de la
preservación, esta impermeabilización puntual es necesaria para poder
disminuir con consumo de agua subterránea y más que eso, mejorar y
permitir la recuperación de los acuíferos.
- el
uso en la casa y el jardín sustituye a una extracción de agua
subterránea y este concepto de agua debe fluir en la ley como "buena
práctica" a medio plazo.
En
Sa Marina todas las aguas residuales se depuran biológicamente en una
depuradora doméstica y en un humedal construido aguas abajo o en un
filtro de caña para poder utilizarlas en el jardín o en las cisternas de
los inodoros. El agua potable se produce condensando la humedad del
aire con la ayuda de la energía solar, por lo que las botellas de agua
están quedando obsoletas.
Dado
que en Ibiza cae bastante agua de lluvia, pero la mayor parte va a
parar al mar por las torrenteras, a largo plazo se pretende construir
más depósitos de agua de lluvia en toda la propiedad y continuar
depurando el agua biológicamente para cubrir todas las necesidades de
agua de esta villa y propiedades que lo soliciten.
Mientras
tanto, Daniele Pedretti, hidrogeólogo de la Universidad de Milán, se ha
interesado por el proyecto y ha instalado sensores en el depósito de
agua de lluvia con los que se puede comprobar el nivel de agua a tiempo
prácticamente real. De este modo, se obtienen datos que muestran qué precipitaciones son necesarias para llenar el depósito.
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